La semana vuelve a comenzar y falta muy poco para el sorteo final.Me despierto muy agitada por una pesadilla. Estaba en los juegos y escapaba de alguien o algo, pero no lograba distinguirlo bien.
Ahora somos menos, por lo que los entrenamientos son más intensos. Sigo manteniendo mi promesa y no le saco al ojo de arriba a Cid. Estas semana es demasiado lenta y para el viernes ya estoy exhausta, todos lo estamos. Como siempre vamos al salón en donde nos dicen quienes tienen la suerte de irse, yo realmente ya tengo muy pocas esperanzas.
-Los afortunados de esta semana, que podrán volver a casa son, las habitaciones número: 5, 8, 12, 14, 16, 20, 22, 25, 26, 32, 34, 36, 38 y 41.
Al igual que las otras veces no nos nombran, nos dirigimos a la habitación y en un momento empiezo a ver todo nublado, de repente es todo negro y se escucha todo muy lejos, y lo último que recuerdo es el tacto del frío piso.
Me despierto y lo primero que veo es el rostro de Cami.
-¡Al fin despertaste!
-¿Que pasó?
-Te bajó la presión y te desmayaste.
-¿Cuanto tiempo estuve inconsciente?
-Dos días, hoy ya es lunes y empieza la última semana de entrenamiento así que cámbiate que nos dividirán por niveles.
-¿Como es eso?
-Nos van a dividir en bajo, medio o avanzado.
-¿Y en que nivel estamos?
-Nosotras dos somos las únicas en nivel avanzado, Kaly, Ema y Kim están el bajo.
-Bueno, vamos.
-Espera, este es nuestro uniforma toma.
-¿Que? ¡¿Y donde quedó la otra parte?!
nivel medio
nivel bajo-Te lo vas a poner y punto.
-Bueno, ¿pero como vamos a entrenar si solo somos dos en nivel avanzado?
-Ni idea, pero no lo averiguaremos si llegamos tarde así que ¡vamos!
Me pongo el uniforme y me dirijo al salón de entrenamientos, nos dicen en que parte nos debemos poner y encontramos a un señor de unos cuarenta y cinco años-
-Hola, soy su entrenador y como solo son dos van a entrenar con los chicos.
Según Cami es ahí en dónde esta Nico. Al llegar puedo ver que también están Dan y Cid, y como no podía ser de otra manera Dan empieza a preguntar.
-¿Que hacen ustedes dos aquí?
-Entrenamos con ustedes, dice Cami con total naturalidad.
-¿¡Como!? de Camila se podría esperar pero ¿Ali?, ella no mataría ni a una mosca.
-No te confíes tanto Dan.
-Tú ni me hables Nicolas.
Empezamos a entrenar y me doy cuenta de que Dan y Cid me miran como si no fuera nada.
-No aguanto más Nico, ya verán lo que puedo hacer.
-Sorprenderlos Al, que se les abra la boca.
Asiento y me dirijo al puesto en el que están Cid y Dan que para mi agrado es el de cuchillos, algo que se e da muy bien. Les saco tres cuchillos de las manos y antes de que digan algo los lanzo hacia donde están los muñecos de entrenamiento. Los tres dan en el blanco, uno en el pecho, otro en el estomago y otro en la cabeza. Me voy, no sin antes ver las caras de anonadados de Cid y Dan.
-Bien hecho Ali.
-¿Viste sus caras?, dice Nico entre carcajadas.
-Si, creo que ya entendieron.
espero que les haya gustado, prontito tendrán el que sigue. Besos.
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